jueves, 14 de mayo de 2009
CON LA SANGRE DE OTRO EN LAS MANOS.
Escurre mi sangre.
Se pasma revoltosa en su cuerpo,
volcánico, escueto, también audaz.
Aquí cayó mi sangre con su
flujo cardíaco intencional..
Constante onomatopeya.
Cae roja, roja cae.
Exacto golpe en su nariz.
Ensangrentadamente dactilar
se encuentra dibujado el piso.
Mis ojos revientan en sangre,
miro sus volcanes sin temor,
su lava es roja.
Disfruta con él -pienso.
Con él en tu boca
succionante.
Ambos se divierten,
la cosa es no ser el perdedor.
Mi sangre es una cuestión atroz,
longeva, distante, cae otra vez
sobre nuestros espíritus en discordia.
El fin es un coágulo en mis pómulos,
las lesiones son mías y tuyas,
todo por culpa de un puto flujo cardíaco,
todo alrededor continúa
ensangrentadamente dactilar.
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ola
ResponderEliminarsi, ya estoy de nuevo
muy prudente tu poema
cuántas veces no ha sido necesario dejar correr la sangre de otros en mi cabeza!
saludos :)
que grata sorpresa, pensé que habías muerto, pero como vemos estás más viva que nunca...es un verdadero placer saber que estás de vuelta...
ResponderEliminarsaludines: )
LA SANGRE A LLEGADO EN BUSCA DEL SUICIDIO
ResponderEliminarlea a Boris Calderon
caballero oriundo de buín, algo sé, murío joven, creo antes de los treinta, y ya eso es bastante poético..
ResponderEliminarSeñor Jack Delacalle Ud. es sospechoso del asesinamiento de nuestro querido Elver Cruzila, vaya buscando un abogado, estaremos atentos a sus coartadas.
ResponderEliminarSalud-os desde mi versión de los hechos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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